Se que si…
Mi país... Colombia y mas que Colombia, hay un gran valor en lo que significa ser Colombiano...
Ser de aquí...Es haber crecido en el paraíso.. en mi barrio esas tardes enteras jugando tin tin corre corre... jodiamos siempre a la misma vecina por que nos echaba agua cuando le timbrábamos en su puerta... o que tal jugar el potrero de “tijereto”... así le decían por que en cada mano solo conservaba el pulgar y el meñique, su lote era prohibido para cualquiera de nosotros, pero es que los palos de guayaba y mango, estaban en su territorio, y era delicioso sentir la adrenalina, cuando sigilosamente y con los pasos lentos nos arriesgábamos a llegar hasta su casa, que quedaba en medio del lote, y el al vernos soltaba sus perros, que corrían atrás de nosotros y a arrancar se dijo, parecía que era una competencia entre los animalitos y nosotros al que primero llegara a la cerca donde estaba un amigo cómplice quien bajaba el alambre con un pie y con la mano levantaba el otro, para que pasáramos prácticamente volando para estar a salvo al otro lado de la calle.. Como recuerdo ese tiempo ahora... y no siento nostalgia, por que los viví intensamente...
Todos los días había algo por hacer..
Las tardes en la quebrada, eran súper aventureras, todos debíamos llevar un frasquito o su defecto una bolsa transparente, para atrapar guarisapos… si así los llamábamos los hijos de los sapos, que parecían algo entre peses y lombrices, nos metíamos hasta las rodillas, doblábamos el pantalón y fuera zapatos, (por aquello del mal olor) y a cazar se dijo, entre caídas sobre las piedras lamosas, uno que otro equilibrista lograba salvarse , pero al final el ganador era quien atrapara mas o mas grandes, luego los soltábamos , nunca nos llevamos ninguno, bueno yo por lo menos no… creo que simón tenia unos en el tanque de su casa.
Los fines de semana, nos daba por la cocina, hacíamos las famosas comitivas, pero no cocinábamos, solo cada uno se repartía lo que pudiera traer, esto incluía, papas de paquete, los gudiz, los yupis la leche condensada, la chocolatina jet, e intercambiábamos las figuras repetidas, y por supuesto el freso royal, pero como no teníamos donde prepararlo, nos echábamos en la palma de las manos y a comer con la lengua, la que quedara mas roja o morada, según el sabor que tocara.
Las noches eran llenas de gritos, de carcajadas, de pelotas volando de esquina a esquina, ponchado, yermis, bola caliente se podía jugar con una pelota y una montaña de tapas de gaseosa.
Cuando nos cansábamos de correr y gritar, nos acostábamos en el anden de mi casa, que era en cemento y buscábamos en el cielo las supuestas constelaciones que todos juramos ver, pero que en verdad nunca coincidíamos donde estaba la osa mayor o menor, y todas esas figuras que decían los grandes.
Fuimos vecinos por muchos años, los papas de nosotros eran amigos y miembros de la junta de acción comunal.
Compartimos, crecimos, jugamos, toda nuestra niñez, los buenos momentos, las tardes inolvidables, mis amigos, Simón, Consuelo, Danny, Jeison, Ricardo, Marlio, Constanza, Mauricio, marta, Fernando, Duglas, Lina, Diana, Adriana. Ismael, Víctor Manuel…
Luego en la pre adolescencia, los juegos cambiaron un poco, pero eso se lo contare después….
Adriana